La rigidez nos hará desaparecer

Si cada día es distinto al anterior, ¿por qué nos empeñamos en mantener una línea recta en nuestro negocio? La adaptación a las circunstancias cambiantes y la flexibilidad para reaccionar son nuestras mejores armas para lograr la competitividad en nuestro negocio.

Nuestros comerciales no son simplemente vendedores que aportan pedidos. Son también prospectores cualificados, los que toman la temperatura a los clientes, saben de sus intereses, conocen las iniciativas de la competencia e imaginan antes que nadie cómo ajustarse a las necesidades de mercado. Pero no todas las empresas utilizan ese gran conocimiento para implementar nuevas políticas. Establecer un mecanismo interno por el que fluya esa información hasta el núcleo de toma de decisiones resultará esencial para adaptar las estrategias y poder ver el futuro cercano.

Tenemos que estar preparados para cambiar el paso en todo momento. Una estructura rígida y la falta de comunicación interna es la peor opción en un mundo cambiante.