Emprendedores que fracasan
2 Junio, 2020Confiar en los milagros es tener fe, pero es imprudente. Es imprescindible minimizar los riesgos de la salida al mercado.
Saltar al mundo desde el nido cuando aún no se tienen las alas desarrolladas suele tener malas consecuencias para el emprendedor, además de un estrés innecesario para quienes tienen que alimentarle.
En 2010, con España azotada por la crisis, a falta de otro horizonte, muchos jóvenes emprendedores se lanzaron a la creación de empresas que cobijasen sus ideas de negocio. El 80% de ellas fracasaron antes de cumplir el año.
En 2015 ya estábamos mejor: sólo el 74% de las nuevas empresas desapareció antes de su primer cumpleaños. Y sólo el 29% de las compañías alcanzaban los primeros cinco años de actividad.
Además, la inmensa mayoría de los nuevos negocios que sobrepasan su primer año de existencia pasan a una fase de mera supervivencia. Somos muy emprendedores y confiamos enormemente en nuestras ideas y capacidades, pero saltamos del nido sin la potencia necesaria en las alas.
Las causas son múltiples, pero es común que la falta de dotación de recursos iniciales y la fe ciega en nuestro proyecto nos lleven a no contrastarlo previamente con expertos externos ni prever las necesidades de notoriedad, popularidad y simpatía críticas para tener una oportunidad. Que no exista en tu localidad el servicio de peluquería de jilgueros a domicilio no es sinónimo de éxito asegurado al crearlo. También es necesario que exista la necesidad de compra de un bien o servicio o crear esa necesidad.
Magna Res Comunicación y sus asociados multidisciplinares prestan asistencia integral a las nuevas ideas, analizando su viabilidad, política de marcas, seguros, lanzamiento, comunicación, marketing, comercio electrónico… Para que al saltar del nido se pueda volar.
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